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EL TORO EN EL PRIMER TERCIO

PRESENTACION DEL TORO EN LA PLAZA

Al toque agudo del clarín el portón de los toriles abre paso al Toro, que saltará a la arena impaciente por hacer ver el poderoso brío del que está dotado. Pero no, el Toro bravo no se presenta escandaloso, no sale desafiando. Aparece corretón, deseoso de sacudir sus miembros inactivos durante el espacio de tiempo que permaneció en los chiqueros.

Algunos Toros, por el contrario, salen con la testa en alto, atropellando cuanto se les pone por delante , y acaban demostrando que no responden a lo que hicieron esperar en su presentación.

EL VIAJE NATURAL. A QUÉ SE DEBE ESTA TENDENCIA

Mas hay algo en común en todos ellos…la dirección que toman al salir. Casi todos caminan hacia su izquierda, que es lo que suele llamarse viaje natural del Toro.

Los que salen por la derecha, o llevan el viaje contrario, generalmente lo hacen atraídos por el ruido o por la presencia de algo o de alguien que allí no debe situarse. Pero también debe tenerse presente que los que caminan hacia su derecha lo hacen por su tendencia a cornear con el arma derecha. Estos Toros son los menos, pero son los que, por no lidiarlos convenientemente, ocasionan las tragedias.

Y ¿ a qué obedece la general tendencia de caminar por la izquierda? No solo es el Toro, como suponen los aficionados, el que camina por su izquierda. Si así fuese, los naturalistas hubieran señalado esta particularidad de la especie bovina o del Toro español, y es muy posible que hubiesen dado con las causas de tan raro fenómeno.

 

No es el Toro el único ser viviente inclinado a marchar en ese sentido, pues dicha tendencia es general a todo ser vivo incluyendo al Hombre.

Esta tendencia puede observarse incluso en el emplazamiento de las ciudades que se alzan a orillas de los ríos, que casi siempre están a su izquierda. Y si la población está repartida en ambas márgenes, mayor suele ser la que corresponde al lado izquierdo, pudiendo afirmarse que la parte vieja, la que recuerda su lugar de fundación, también suele hallarse a la izquierda.

También los ciegos yendo dolos jamás caminan llevando la derecha. pareciendo ésta dirección la natural, puesto que en la mano derecha llevan el bastón por el que se guían, dando en el suelo y en las paredes de las casas.

Sin embargo, todos han de ir por su izquierda, obligando, al que marcha en sentido opuesto, a dar un quiebro con ligereza para no darse de bruces con ellos.

La medicina explicaría dicho fenómeno atribuyéndolo a la inclinación del corazón, o al mayor esfuerzo que , de ordinario en comendamos a las extremidades del lado derecho. nada de eso: la tal propensión es un resultado  o efecto de la gravitación universal. Nuestro planeta, como todos los astros del sistema solar, como el Sol mismo, giran de derecha a izquierda, de occidente a oriente, al revés que las manecillas del reloj, en sus movimientos de rotación y de traslación. Y , según los principios fundamentales de la mecánica, especialmente lo referente a la inercia de los cuerpos, no es ilógica sino perfectamente exacta, la consecuencia que deducimos para explicar el por qué de la inclinación de cuanto anda en la superficie de la Tierra, a caminar   en dicha dirección. Y el Toro no iba a suponer una excepción.

EL TORO EN LAS SUERTES DE CAPA. LAS SUERTES SE CARGAN AL PITON CONTRARIO

Ahora veamos al espada de turno, desde bastante distancia, alegrando al Toro con la capa y la voz. Si el Toro acude con gran velocidad, remata el viaje; pero si embiste despacio, no; quedándose a mitad de camino.

En el primer caso, la fuerza viva con que acomete, le impide pararse de pronto, y el espada completa el lance; en el otro caso, el toro se detiene; porque, habiendo perdida de vista lo que llamó su atención, no quiere exponerse a dar la cabezada sin saber dónde o sobre qué la va a dar.

Sabe el aficionado, por haberlo oído repetidas veces, que las suertes deben cargarse al pitón contrario de la salida del torero. Aunque ni el aficionado, ni el el torero, ni los infalibles preceptores deben saber por qué, de haberlo sabido lo hubiesen dicho.

 

Vamos a averiguarlo sin que para nada nos importe lo de que la enseñanza de la práctica o que así lo han ejecutado y aconsejado los Maestros.

Si el Toro no ve de cerca y de frente, ve de costado, aunque tiene menos visibilidad que de frente y a distancia; porque en esta última postura mira simultáneamente con ambos ojos, y en aquella, con uno. Y cuando tiene cerca al torero, para verle con un ojo tendrá que situarse el torero fuera de la rectitud, o presentarle en un costado hacia uno de los ojos el engaño con que trata de burlarle. ¿Frente a qué ojo? Al contrario, al del lado opuesto al que ocupará el torero, para quedar libre del hachazo.

¿Quiere el torero quedarse o salirse por su derecha? Pues el engaño deberá tender hacia ese mismo ojo del Toro; porque al hallarse frente a frente torero y Toro, la izquierda de uno corresponde a la derecha del otro. Doblará el animal su cuello hacia su derecha, o izquierda del torero, y éste quedará a salvo de la cabezada que de el Toro.

Por esta razón, por esa vista lateral del Toro, en el momento en que entre en jurisdicción se le señalará la salida, la desviación necesaria de su ruta; para no atropellas al lidiador ; quien en las suertes que ejecutan parando, permanecerá en la posición primitiva, jugando únicamente el engaño, y en las suertes que ejecuta andando él, procurará no salirse de la rectitud, ni antes ni después de lo conveniente; para que el Toro se fije en el cuerpo o en la capa, según los casos, únicamente cuando no le queda tierra para revolverse, y pueda salir aquel con relativo deshago.

Eso es lo que se llama no adelantarse y retrasarse en la ejecución.

Donde mejor puede apreciarse cuanto a la vista del toro se refiere es en el cambio de rodillas que se ejecuta en el primer tercio y a poco de salir el Toro, cuando conserva ligereza y es revoltoso y de los que se ciñen. Por la colocación de las figuras, por la mucha velocidad con que el Toro acude al llamamiento, y por la oportuna salida que el torero le da, midiendo con matemática precisión la distancia a que hace el cite, la carrera del Toro y el instante en que debe desviar y mandarle a su terreno, que es el de fuera.

Como natural consecuencia de lo dicho, el capote al terminar los quites y cuantos lances con él se efectúan, debe quedar a un costado del torero, y éste, en la rectitud o frente al toro, si no quiere correr peligro; porque el Toro se distraerá con el capote, que lo verá con uno de los ojos, y nunca deberá echarse atrás, pues , si los peones no estuvieran convenientemente colocados a distancia, para entretener al Toro, éste acudiría al ruido, y el espada se vería obligado a salir corriendo, desluciendo así el remate.

TEXTO GUIZANCHO Y RAMON GONZALEZ

FOTOGRAFIAS CARLOS AISA (FESTIVAL DEL EXCMO CLUB)

Club Taurino Bilbao

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01 Jul, 2021

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